La Cotorra Lilicista
Por @IngKelvyTejada
En una ocasión fuerzas leales a Ulises Heureaux fueron a apresar a supuestos enemigos del gobierno en su segundo mandato, 1887-1889. Dentro de los manifestantes estaba una Cotorra que decía: Lilis Dictador, Lilis Negro Mañe, Lilis Dictador.
Después de apresar a los manifestantes decidieron matar a la Cotorra, cuando de repente en medio del silencio grita: Viva Lilis! Viva Lilis!. Y los guardias como todo esperto en el arte de tumbar polvo, les llevaron el ave al dictador.
Sorprendido el presidente, la acojio como suya y se convirtió en su aliada, defensora y compañera fiel. Se resalta que cuando esta decía algo que complacía a Lilis, este le daba una medalla.
Puso al descubierto a muchos, incluso a generales, al grado de que perdieran la vida ellos y sus familias; era una Cotorra muy especial y acomodada a sus intereses.
Lilis el Pacificador! Lilis el Pacificador! Esas o otras frase fueron populares en todo el territorio nacional gracias a ese animal y básicamente la razón por la cual era adiada por la población que no se identificaba con las atrocidades de la dictadura de Lilis.
El 21 de Julio de 1899 inició un recorrido recuperando las Papeletas de Lilis, pepel moneda emitido en 1897 por el dictador de ascendencia Haitiana; la cual fue rechazada por los comerciantes, bajo el entendido de que estás no tenían ningún valor. Heureaux les prometió a los comerciantes que estaba en ánimo de incinerar los billetes que había emitido para restaurar la confianza en su Gobierno.
Melancólico después de que la cotorra matara un cangrejo que le regaló un hechicero Haitiano para su protección, inicio su gira en Sánchez donde cumplió su promesa. Tomó el ferrocarril, construido en su gobierno desde Sánchez y el 25 de julio quemó 4 mil pesos en La Vega y luego se trasladó a Moca.
El 26 de julio de 1899, despues de una reunión con su amigo y aliado Jacobo de Lara, Le esperaban los jóvenes Ramón Cáceres y Jacobito de Lara, hijo del empresario dueño de la casa, armado con revólveres le dieron muerte.
La información se rego como pólvora y en Santo Domingo, un grupo de oposición penetraron a la casa de Ulises con la intención definitiva de matar a la Cotorra Lilisista. Ya asediada la cotorra comenzó a gritar fuertemente Lilis Dictador! Lilis Dictador! Por lo que se vieron obligados a perdonarle su vida. Cómo no era muy graciosa después de la dictadura se la segalaron a quien sustituyó a Lilis y de inmediato adoptó la siguiente frase: ¡¡¡Que viva el general Juan Isidro Jiménez.!!!
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