Las domésticas, posición anterior
A principios de diciembre pasado elCaribe editorializaba acerca de la resolución 14-22 del Ministerio de Trabajo sobre el trabajo doméstico, de la que opinamos que desconocía la realidad y era de difícil aplicación práctica, y en efecto el expediente del Tribunal Constitucional 2022-0041, aunque aún desconocemos las motivaciones de la sentencia, lamentablemente viene a darnos la razón.
La declaratoria de no conforme con la Constitución de dicha resolución, no hay por qué dudar de que es la interpretación de que una medida administrativa no se puede saltar la Carta Magna y la ley, en el caso que nos ocupa el Código Laboral de 1992, sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos, sin que importara para este caso el espíritu y la letra del convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) adoptado por la República Dominicana en junio del 2011.
Voces expertas advirtieron más de una vez, con un razonamiento casi elemental, que a una resolución, sin importar que con ella se invocara el convenio de la OIT, no se le podría otorgar la dimensión pretendida.
Inclusive, en aquella ocasión, al margen del debate jurídico, se hizo la salvedad de que la idiosincrasia de este tipo de contrato entre la doméstica y su empleador resultaba imposible de condensar en una resolución, por lo que se recomendaba replantear la formalización del trabajo doméstico, rediscutirlo y explorar un camino más práctico.
El hecho mismo de que desde la entrada en vigencia de la resolución declarada inconstitucional se habían formalizado apenas 582 personas de las cerca de 250 mil que se espera, indica que el Tribunal Constitucional abre la posibilidad de una suerte de borrón y cuenta nueva para encarar debidamente un hecho trascendente, como es proteger y dar seguridad al trabajo doméstico que, pese a su inocultable importancia, había permanecido olvidado.
Una enseñanza positiva de esta discusión es que no se puede seguir dejando a su suerte, o rescatar únicamente en apariencia, a un sector de profunda incidencia en la vida familiar, que representa un apoyo para la actividad productiva de los trabajadores calificados y profesionales de clase media.
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